Como lo prometí en páginas
anteriores, presento este capítulo de mi libro en proceso, “Militia Dei“
y como siempre lo hago, presento mis disculpas si es que los aburro o
creen que los ofendo.
EL ARMA SECRETA DEL TEMPLE
Esa
noche me avisaron que uno de mis oficiales, el caballero Arnoldo
Badami, a quien había confiado misiones peligrosas contra asaltantes de
caminos y cuyo valor había demostrado en numerosas ocasiones, fue
reportado tomando en una de las tabernas más conocidas de Paris.
Sabedores de que se resistiría a cualesquiera de los oficiales
encargados de sofocar incidentes provocado por Templarios que
disfrutaban de un tiempo libre para relajar su espíritu de las tensiones
de su trabajo, me avisaron para que tomara las medidas pertinentes, por
lo que tomé la decisión de ir personalmente por él. Ordené a dos de mi
escolta que se despojaran de sus ropas de monjes guerreros y me
acompañaran a recogerlo. Afortunadamente era de noche y aunque las
calles se volvían peligrosas en esas horas, cabalgar siempre daba la
ventaja. Los monjes tenemos votos de humildad, de pobreza, de castidad y
de obediencia a nuestros superiores además de nuestro voto de fidelidad
a la Iglesia y a su cabeza terrenal, el Papa; pero no por eso, dejamos
de tener acceso en algunos placeres, pues para el Templario, todas las
pasiones nacen del corazón, por eso para el Templario, sus votos son
espirituales y están sujetos a la Ley del Amor, ya lo había dicho San
Agustín, uno de los más grandes teólogos y pensadores de la Iglesia,
“Hazlo con amor y haz todo lo que quieras”. Tenía
tiempo deseando incorporar al Caballero Badami, a mi escolta personal,
pues además de valiente, era sumamente inteligente y bastante leal, pero
los grandes problemas en provincia donde hombres como él, hacía mucha
falta, habían postergado mis deseos. La taberna se encontraba iluminada y
bastante animada, “Luz de Luna” se distinguía de otras, por su
discreción, su excelente servicio y la calidad de sus productos, anexo a
una posada en la que dormir en sus cuartos era una delicia sin
la presencia de prostitutas callejeras. Dejamos nuestras cabalgaduras
en el establo y de inmediato reconocimos la de nuestro amigo que ya
llevaba 2 días en ella. Aunque nuestra presencia no era la de unos
monjes, nuestro aspecto y marcialidad inspiraban respeto, aun con
nuestras espadas colgadas a nuestra espalda. Lugi estaba sentado solo,
en una mesa arrinconada, había sido identificado como Templario debido a
su espada de la que nunca un templario se separaba. Su aspecto no
mostraba signos de embriaguez solo un rostro preocupado y pensativo.
Ordene a mis hombres se sentaran en otra mesa
sin llamar mucho la atención y yo me dirigí a la de él. Afortunadamente
solo había estado bebiendo vino que los templarios solíamos usar para
relajarnos de las grandes tensiones y que gracias a su calidad, no nos
producía somnolencia, en especial ese vino proveniente de nuestros
viñedos tan popular y solicitado en toda Europa, algunos con uvas
seleccionadas provenientes de viñedos importados del valle del Hebrón,
de los que Jesús había tenido tanta preferencia, el favorito además de
templos y monasterios que recibían grandes dotaciones para sus bodegas.
Si bien, monjes de otras órdenes religiosas han cultivado siempre sus vinos, el Temple ha procurado siempre la selección de sus cosechas vendiendo sus excedentes a través de intermediarios.
Al
acercarme a su mesa, Arnoldo se incorporó, intentando saludarme
militarmente, golpeando el pecho con la mano izquierda, saludo heredado
por los romanos y que el Temple había adquirido para saludar a sus
superiores cuando no se encontraban agrupados o en fila y solo se
postraban flexionado una rodilla, ante la presencia del Papa y de su
jefe superior, el Gran Maestre, a los cuales su juramente de lealtad y
de obediencia eran sin reservas. Viendo como hacia esfuerzos para
mantenerse de pie, no pude menos que sonreírme a la vez que con voz
mesurada, le pedí permiso para sentarme a su mesa. Un mesero presuroso,
se acercó para atendernos y le ordene una copa para servir un poco del
vino de su mesa, a la vez que le pedía otra botella para mí y otra para
la mesa de mis compañeros, así como un buen queso, un poco de pan y
aceite de oliva preparado para remojarlo. Arnoldo quiso iniciar la
conversación disculpándose torpemente a lo que le replique diciéndole “No vengo en plan de amonestación, únicamente estaba preocupado por ti y curioso por conocer la causa de tu conducta”. Conteniendo su ansiedad, empezó su relato. “Venia de recorrer los caminos costeros que unen Portugal, España y Francia, en donde
me enteré de un inusual movimiento de Barcos con las insignias del
Temple que atracaban en varios puertos donde les esperaban caravanas de
carretas presuntamente manejadas por caballeros Templarios sin escolta. Me extraño que siendo un cargamento para el Temple, no
hubieran pedido de nuestra protección, pero lo más extraño es que los
mismos conductores solo seguían órdenes precisas sin conocer
detalles de los planes, los cuales eran secretos ya que algunos venían
de monasterios alejados en las montañas donde se habían disfrazado de
gitanos para evitar sospechas y solo a su llegada a puerto, habían
cambiado sus ropas por las de Templarios, esto me lo confió, un amigo
que reconocí y que se detuvo a charlar conmigo en el camino. Bueno,
pensé, un Templario no pregunta, solo obedece y pensé que a mi llegada a
Paris encontraría más explicaciones e incluso intente buscarte, pero me
informaron que no estabas en la ciudad pero que posiblemente
regresarías el fin de semana por lo que aprovechando mis días de
descanso y opté por venir a esta taberna para reflexionar y descansar y
la conclusión a la que pude llegar es que estábamos preparándonos para
una guerra o persecución a escala en otros países. Me rehusé a ir a
descansar por lo que los taberneros han de ver avisado al Temple de mi
presencia al reconocerme por mi espada”. “Bueno”, le conteste, “vamos
a tomar esta botella y a comer un poco de este delicioso pan con queso y
volveremos a la Casa para descansar, ya que yo también lo necesito
después de un viaje largo que hice, por la tarde nos sentaremos a
charlar y te contare de todo lo que está sucediendo”.
Al
amanecer, regresaron a la Casa Mayor del Temple, los guardias
reconocieron al Marshall saludándolo militarmente, inclinando la cabeza,
con la mano izquierda en el pecho y con la derecha empuñando
fuertemente su espada desvainada colocándola a un lado de su cintura.
Sus escuderos atentos a su regreso, se apresuraron a recibir sus
cabalgaduras mientras ellos se dirigían a sus celdas a descansar. El
Marshall y sus acompañantes nunca eran cuestionados acerca de su
asistencia a la liturgia de las horas, a diferencia de otros caballeros,
pero bastaron unas cuantas de ellas para dormir y un refrescante baño
para reponerse y estar listos para compartir con sus compañeros los
alimentos del mediodía. El amplio despacho del Marshall, fue el elegido
para la reunión privada con el caballero Badami, quien mostrando una
presencia bastante incomoda, se acomodó en un enorme sillón mientras el
Marshall lo hacía en una silla de alto respaldo. Dos sirvientes se acercaron a ellos a los que el Marshall ordeno una jarra de aromático y espeso café de indiscutible procedencia árabe que
les fue servido en una pequeña y bien decorada pieza de cerámica que
los franceses habían aprendido a fabricar tomando los modelos de los
moros. El oficial trató de disculpar su actitud, argumentando haberse
sentido molesto por desconocer un plan que implicaba el tránsito de
vehículos de carga, en caminos vigilados por él y sus grupos de
subordinados. “Quiero
disculparme contigo, Arnoldo, pero todo ha sido tan precipitado que no
solo caballeros de nuestra entera confianza como tú, no hayan sido
informados, sino incluso muchos de los que participan en estas
maniobras, desconocen las verdaderas razones que motivaron a realizarlas
de esta forma, ahora quiero que tú y tus grupos de vigilancia, se unan
al grupo especial de Templarios que he estado formando para realizar
estos planes que el Temple está llevando a cabo en el mayor de los
secretos”. “Hace un año, fui
convocado por el Gran Maestre para iniciar este plan, se trata de
proteger los tesoros custodiados por el Temple ante una gran amenaza que
se cierne sobre de él, utilizando un grupo elite donde la fidelidad y
la obediencia además del valor y la destreza, vayan siempre unidas”. “Yo
mismo estaba ignorante de esta amenaza, pues la milicia Templaria está
abocada a los asuntos militares, dejando al Gran Maestre y Perceptores,
la parte política y económica que es manejada por otras ramas del
Temple”. “Ante la gravedad del caso, se me asignaron otros poderes en
los que he sido enterado en detalle de la forma en que operan otras
oficinas departamentales, tan independientes de la nuestra”. “Los
oficiales encargados de ellas, han sido subordinados a la autoridad
militar que yo represento, bajo algo que tú has acertado bien en tus
deducciones, un estado de guerra en secreto a que el temple ha sido
convocado”. “Es por eso que se me ha proporcionado una lista de valores y
tesoros que el Termple custodia, de los lugares en que están guardados y
de los posibles lugares donde podrían ser trasladados fuera del alcance
de los conspiradores, todo esto en el mayor de los sigilos”. “El tesoro
incluye objetos y documentos invaluables de otras culturas así como los
archivos completos de la orden entre los que destacan gran cantidad de
títulos de propiedad, otorgados por reyes y nobles, pero también existen
grandes cantidades de joyas y metales preciosos pertenecientes a otros
grupos como: catares, judíos, muchos señores de la nobleza y
florecientes comerciantes de una nueva clase social que se avizora y que
sería despojados de sus riquezas por el sistema dominante si no
pusieran su confianza en el temple que protege no solo sus riquezas sino
también su identidad”. “Esta
nueva clase emergente, habrá de proponer cambios drásticos en el sistema
de gobierno actual por otro que garantice más sus intereses aunque para
ello, tendrá que conquistar primero la iglesia, por lo que el Temple
habrá de desaparecer o transformarse, originando la aparición de muchos
grupos los cuales se tratará de mantener unidos no en su poder o riqueza
sino en su espiritualidad”. “Yo mismo desconocía del arma mas poderosa
del Temple que se conoce como “Oculis Dei” es decir, mirada de Dios y
que está representada por un símbolo Trinitario dentro del cual está
ubicado el ojo que representa la mirada escrutadoras de Dios”. “Esta
oficina de inteligencia e información, es utilizada por el Gran Maestre y
Perceptores, para adelantarse a muchos actos y
acciones cometidos por la inquisición, de los planes secretos de guerra
utilizado por las monarquías en contra de algunos nobles y señores, de
grupos y personas que han depositado sus riquezas con nosotros y también
de muchas otras acciones que se llevan dentro de las monarquías para
favorecer aquellos que han sido designados por el rey para sucederle en
el poder y obligar a la Iglesia a ungirlos”. “Ahora ha sido el medio más
valioso para enterarnos de la gran conspiración que el rey Felipe el
hermoso está orquestando en contra del Temple, y quien cuenta además con
una gran parte de la jerarquía eclesial, envidiosa del poder y la
riqueza de un Temple totalmente fuera de su control”. “Empezaré por
decirte que la mayoría de las
órdenes religiosas cuentan con grupos seculares o cofradías que se
identifican con los valores espirituales de dichas órdenes y asisten a
sus templos usando ropas o hábitos que les identifican con ellos”. “De
estas cofradías, han nacido las terceras ordenes que no tienen la
rigurosidad del claustro pero si algunos de sus votos”. “El Temple por
el contrario, carece de sacerdocio propio y su vida está centrada en la
milicia, sin embargo cuenta con muchos simpatizantes laicos que
buscan en la espiritualidad del Temple, la respuesta a su anhelado
crecimiento espiritual”. “Este grupo lo constituyen principalmente
personajes de la nobleza y sirvientes de ellos en las cortes y en sus
casas así como muchos sacerdotes que sirven en las capellanías de la
orden y que administran los sacramentos dentro de las grandes catedrales
y centros del poder eclesial, pero sobre todo en aquellos grandes
templos erguidos con la ayuda del Temple
donde estos cuentan con algunas influencias otorgadas por sus obispos”.
“La forma en que el Temple opera estos grupos es la siguiente: primero,
son reclutados por el Temple y solo aquellos propuestos por uno de sus
miembros, son tomados en cuenta e investigados para su aceptación”.
“Esta persona nunca sabrá quien lo propuso ni quien lo aceptó, por lo
que entre ellos nunca se reconocen entre sí, ni aún por las personas que
lo propusieron, pues nunca son entrados de los resultados además de que
les está prohibido indagar”. “Con la edificación de grandes Catedrales,
el Temple ideó los
confesionarios para administrar este sacramento y se construyeron de tal
forma que el confesor nunca pudiera saber la identidad de sus
penitentes, ni éstos la de él”. “Las pequeñas parroquias con pequeños
templos Mercedarios son los favoritos donde estos se reúnen en pequeños
grupos, desconociendo quienes son entre sí, los advocados al Temple”.
“Allí reciben preparación espiritual y usan una pequeña prende en su
pecho a manera de escapulario con el escudo de armas de esta orden
religiosa que ostenta la cruz Templaria y venera a la virgen Reina y al
niño Rey en su advocación de La Virgen de la Merced, que es venerado por
los Templarios en diferentes advocaciones con la misma figura y que
ocupaban un lugar de honor en las grandes catedrales muchas de las
cuales tomaban sus nombres de ella”. “Está por demás decir que ésta
orden religiosa, está muy ligada en su espiritualidad a la del Temple”.
“Su fundador Pedro Nolasco, era originario de Barcelona y en sus votos
está el pagar por prisioneros de guerra cautivados por el Islam ubicado
en costas africanas por lo que cuenta con la ayuda secreta del Temple
que aún tiene grandes influencias con los moros y que además, en secreto
continúa realizando grandes intercambios de tesoros y reliquias con
ellos”. “Volviendo a la información de los confesionarios, tanto
sacerdotes como feligreses, han sido aleccionados para llevar a cabo un
dialogo inicial que de ser realizado a satisfacción de ambas partes, se
da paso a la información verbal fuera del sacramento de la confesión y
al final, se concluye con dicho sacramento, bajo la advertencia de que
la absolución de sus pecados, no será considerada por Dios si incurrió
en faltas a la verdad”. “Un monje del “Oculis Dei” esperara
pacientemente su turno al final de los confesantes y recibe la
información directa del sacerdote, misma que llevará a sus oficinas para
empezar a corroborarla y ampliarla para presentarla a sus superiores”.
“Así fue como supimos de la conspiración contra los catares, contra los
judíos, contra muchas ordenes terciarias que no solo practicaran la
pobreza en rigor, sino además criticaban a la Iglesia y a muchos otros
grupos y personas que fueron turnados a la inquisición y que el Temple
ayudó, salvaguardando muchas de sus riquezas y mantuvo muchas de sus
propiedades argumentando que estas pertenecían al Temple por deudas que
tenían con ellos”. “Nunca hemos usado ni la violencia, ni el chantaje ni
la seducción para obtener información y si se ha incurrido en algunas
prácticas censuradas por la moral cristiana, estas se han llevado acabo,
utilizando la caridad para salvaguardar la seguridad de algunos
familiares de las víctimas,
pagando en metal por sus propiedades en lugares seguros donde podrían
disfrutarlos”. “Gracias a esta fuerza integrada principalmente por damas
y doncellas de la nobleza y de algunos sirvientes menores y sacerdotes,
hemos podido constatar de la realidad de esta conspiración, así como de
las acusaciones que se pretenden levantar en contra nuestra”. “Nunca
hemos discriminado a nadie por su religión, ni por su ideología, antes
bien, compartimos en secreto muchos de sus conocimientos a través de
nuestros grupos de investigación, pero nunca hemos practicado la
hechicería, ni la sodomía, ni nada abominable que ofenda la pureza de
nuestra orden y nuestra fe en Dios, bajo su Ley Divina fundada en el
amor, por lo que las acusaciones inventadas por el rey y los
inquisidores con las cuales pretenden eliminarnos, nos parecen
absurdas y confiamos en la ayuda del Papa para desbaratarlas pero en
caso contrario, gran sorpresa se llevaran nuestros acusadores al no
encontrar las riquezas que esperan encontrar”.
Continuara…
Muchos
criticaran mi fantasía por no estar mis escritos basados en datos
científicos de investigación, pero no carecen de lógica, ciencia
fundamental en el desarrollo de la inteligencia, aunque esta sea la más
escéptica para aceptar la información que nos llega de este universo
compuesto de información y que en lo personal, desconozco como funciona
cuando se nos transmiten cosas fuera de nuestra experiencia y percepción
individual, pero que yo disfruto y acepto y con gusto comparto lo que
estas fuentes de luz me enseñan
a través de sueños y locuciones interiores que me hacen vivir muchos de
los capítulos que escribo aunque esto sean rechazado por una conciencia
colectiva. Quiero enfatizar en estas páginas, la gran admiración que
siento por este grupo compuesto principalmente por mujeres, auténticas
guerreras Templarías, cuya espiritualidad estuvo siempre ligada a la del
Temple, y aunque algunas veces compartieron
la espada para defender al cristianismo en medio oriente, nunca les
hizo falta la espada para defender la causa del Temple durante su
regreso al continente y representan el arma más temible de nuestra
orden, para llevar a cabo sus planes de transformación a un futuro más
allá de nuestro estado actual de guerra.
Desde la soledad del Temple
Vicente De Houston
Un Marshall olvidado
“UBI AMOR, IBI OCULOS”
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