Heriré alpastor y se dispersarán las ovejas (Marcos 14:27)
Habían pasado varios años en que sus principales jefes
fueron ejecutados en la hoguera; Sus compañeros le buscaban para que convocara
a la elección de un nuevo Maestre del Temple, pero el tenia otra misión que
cumplir de su jefe el Maestre JaQues De Molay, Asegurar el tesoro Templario.
Pero ¿Qué era el tesoro Templario? Los documentos y objetos históricos valiosos
habían sido guardados en un lugar seguro desde el retorno del Temple a Europa,
los Templarios que lo transportaron nunca regresaron de su misión, habían
desaparecido con ellos. Desde entonces, solo el Gran Maestre sabia del refugio
de esa colonia perdida y este secreto solo se transmitía al Nuevo Maestre a
través del Tesorero, que lo entregaba (según se decía) al nuevo Maestre,
mediante un cilindro sellado con instrucciones para abrirse, pero ¿Que en
realidad había pasado esta vez? Todo esto recordaba mientras contemplaba las
estrellas en un campamento en el que descansaba con un grupo de compañeros que
había escogido para que lo acompañaran en esta misión. Meses antes de su aprehensión, el Maestre le
había citado para una reunión privada con él muy importante. La reunión se
llevo a cabo en un salón-estudio en la fortificación en Paris a la que llamaban
La Casa Mayor Del Temple y que años después se convertiría en la prisión donde
fueran encarcelados los miembros de la realeza, de donde salieron para ser
llevados a ser ejecutados en la guillotina por orden del nuevo gobierno. El
salón estaba lleno de documentos, libros, pinturas, armas y escudos en las paredes, armaduras, emblemas, banderas y
objetos diversos que reflejaban el arte exquisito proveniente del medio oriente y el norte de
África. Una enorme chimenea de piedra se alzaba al centro de una de las paredes
y en frente de ella, un enorme sillón sofá de piel y a sus lados, 2 sillas del
mismo material, con altos respaldos hermosamente labrados en madera, todos
ellos colocados sobre un tapete persa y al centro del conjunto, una mesa de fina madera con una cubierta de mármol,
sobre la que habían sido colocados un par de copas de oro y una licorera con un
vino proveniente de uno de los viñeros Templarios ubicados en Francia. El
caballero fue conducido por un escolta del Maestre, quien le invito a sentarse
en el amplio sofá, diciéndole que su jefe, no tardaría en llegar. Había oscurecido y solo la guardia del
castillo parecía estar despierta. El salón se hallaba iluminado con la luz de
los cirios colocados en el salón descansando sobre hermosos candelabros que le
daban un dramatismo al cortinaje y objetos dispersos en las paredes. Al poco
rato, la puerta fue abierta por un guardia, dando paso al gran maestre de los
templarios, quien ya se había despojado de su uniforme y en su lugar, traía un
ropaje suelto propio para descansar. El caballero se puso de pie para
recibirle, y el maestre, ocupando uno de los sillones de alto respaldo, le
pidió volviera a sentarse y ponerse cómodo, mientras servía las copas con vino
y le entregaba una al caballero.
Agradeciendo la copa. El caballero tomo la palabra; “Señor, desde que
supe de esta reunión privada, no he podido conciliar el sueño, he revisado mis
tareas y buscado fallas en ellas y no he podido precisar motivos para esta
reunión”. El Maestre le sonrió y replicando le dijo, “Querido Marshall, no debe
de preocuparte ninguna de tus actuaciones, el motivo de esta reunión, nada
tiene que ver con ellas, sin embargo, debo de hacer historia de tu llegada al
Temple, la cual fue hace no muchos años. Eras muy joven y venias de una
honorable familia italiana, a pesar de ello, no llegaste con recomendaciones
especiales, solo tu caballo y tus mas indispensables pertenecías. Según nos
contaste, tu padre al saber de tu decisión de unirte al Temple, no mostro
ninguna sonrisa, pero tampoco te lo
prohibió, pero con un tono serio te dijo; “no llevaras dinero, tendrás que
trabajar en el camino para solventar tus gastos y comida, cuando llegues,
preséntate en la casa del Temple en Paris, y pregunta por el caballero Antonio Dontello,
dile quien eres y pídele protección mientras te admiten, él sabe que no le
pediré favores para ti y que solo por tus merecimientos podrás ser admitido,
pero confía en él y dale mis saludos, es un viejo conocido.” Después de
saborear el contenido de su copa, continuo dirigiéndose al Marshall; Se te
asignaron varios días de prueba donde supimos de tu destreza en las armas, de
tu decisión de carácter y de tu coraje. Traías estudios que otros caballeros no
tenían y tu lealtad y tu Fe fue probada de varias y pequeñas formas, al final
de tu examen, fuiste aceptado como aspirante y fue entonces que te presentaron
conmigo. Yo no conocía personalmente a tu padre, pero había oído hablar de él,
así como de tu familia establecida en el norte de Italia, personalmente me di
cuenta de lo bien entrenado que venias en las armas, por lo que tu
entrenamiento en esa área fue muy breve en el Temple, y no dude de asignarte
como asistente de mi viejo Marshall con el cual recorriste gran parte e
nuestros territorios y encomiendas acompañándolo como escolta. Finalmente
fuiste ordenado Caballero y se te entrego tu espada, tu caballo y tu uniforme,
también se te asigno un escudero; Tu primera misión fue reorganizar las
principales rutas que unen a las principales ciudades de Europa y pasaste horas
interminables aprendiendo de la historia del Temple, de su espiritualidad y de
sus reglas. Cuando murió el viejo Marshall, yo mismo te propuse como sus
sucesor; Tú protestaste argumentando que
había caballeros con más experiencia en las armas y con más méritos que tu en
el Temple para ocupar ese puesto. De
hecho me propusiste varios que conocías personalmente, gracias a tus recorridos
por los territorios del Temple, y aunque fuiste muy efusivo, tuve que
replicarte. Como veras, en la historia del Temple, este se ha modificado
bastante, desde que Tierra Santa fue retomada por el Islam, Europa nos ha hecho
más gordos y más ricos y he estado pensando que el Temple debería retomar los
principios de nuestros fundadores, de lo contrario, estamos condenados a
desaparecer. He tenido algunas platicas con Obispos y Patriarcas para retomar
nuestra posición de monjes guerreros pero ahora, enviando algunos de nuestros
caballeros a preparase para ser ordenados como sacerdotes, de esta manera,
estaríamos listos para convertir
nuestras armaduras en hábitos. El Papa parece entusiasmado con esta idea, pero
no muchos Obispos y Patriarcas, que recelan aun, de nuestra cercanía y
dependencia directa con él, además de que desean con toda seguridad, obtener muchos
de nuestros territorios para sus diócesis. Actualmente estamos llenos de
funcionarios y oficiales de buró, las cruzadas fueron la reacción contra las
ambiciones territoriales del Islam, Nuestra estancia en sus tierras nos ayudo a
conocerlos mejor, saben respetar su palabra, tienen honor, te dejan convivir
con ellos y te permiten ejercer tu religión cuando su gobierno no es radical y
aunque cobran grandes impuestos, no lo hacen con el abuso de los reyes
cristianos. Ahora sabemos que las quejas de los cristianos en medio oriente, no
tenían la magnitud que fueron dadas por el Papa Urbano II sin embargo, lo que si era real, era su
avance hacia este continente y recordando la invasión en Europa, proveniente
del Islam del Norte de África, a tierras portuguesas y españolas, aunque nos
enriquecieron culturalmente, si eran un peligro para la fe católica, por eso
sin pensarlo mucho y acariciando la idea de que una tregua permanente entre las
luchas de reyes y nobles cristianos, cambiando su escenario de pelea, los
alentó a la cruzada, una forma de llamarla “guerra santa” que realmente fue, la ambición de las
monarquías escudándose en una fe mal interpretada, una locura de los hombres y
de sus poderosos en Europa. Cuando establecieron el reino de Jerusalén y regresaron
al continente para reanudar sus rencillas feudales, dejaron un reino indefenso
rodeado de fuerzas contrarias que respetaban sus acuerdos de paz. Sin embargo,
salteadores del desierto, seguían hostigando a peregrinos cristianos que
continuaban acudiendo en forma masiva a
estos sitios considerados santos por el judaísmo, el cristianismo y el Islam.
Cuando el Maestre Hugo de Payens se ofreció al rey de Jerusalén junto con otros
caballeros a formar un grupo de escolta
para proteger estas caravanas, no significaba que el rey de Jerusalén no
tuviera un ejercito con el que pudiera prestar ayuda a los peregrinos, pero
este grupo de caballeros cristianos extranjeros, le daría la oportunidad de
seguir recordando a los poderosos señores de Europa, que medio oriente seguía
necesitando de su ayuda. La única forma de tener una fuerza militar
independiente del poder de los reyes, fue sin duda el establecer una orden
militar religiosa, y hubo que acudir a la teología de Santo Tomas de Aquino y a
la influencia espiritual del mas prestigiado de sus jerarcas religiosos de
aquel tiempo, San Bernardo de Clarivaux, además de varios años de intento, para
dar formación a esta idea nacida de la locura de Dios. Una meta bien definida,
proteger a los peregrinos en tierra santa, los reyes defenderían la fe en sus
territorios, los pobres caballeros seguidores de cristo, defenderían a los
peregrinos en medio oriente. Fueron ocho los que iniciaron esta locura divina,
pero siempre se dijo que fueron nueve, el cual fue un misterio su identidad, no
era la continuación de una “guerra santa” para ellos, sino la misión de proteger a peregrinos, no a
cambio de indulgencias espirituales especiales, sino a la entrega de su vida en
el martirio y defensa de su misión
protectora. Tampoco fueron solamente nueve,
los que por años antes de su aceptación como orden religiosa,
protegieron estas caravanas. Había soldados del rey, había civiles que en forma
voluntaria se unían a ellos, y si el rey les otorgo lo que había sido el templo
de salomón, en realidad eran las ruinas inservibles de lo que fueron las
caballerizas del palacio cercanas a un
templo enterrado y destruido por Nabucodonosor bajo otro templo destruido y
enterrado por los romanos los cuales se decían estaban bajo el domo dorado. La
aceptación de la orden por el clero, no fue nada fácil, las reglas fueron
rigurosas, escritas por San Bernardo; pobreza, obediencia a la autoridad,
lealtad a la iglesia, no levantar la espada en contra de un hermano cristiano,
el principio de castidad era simbólico, es decir, como monje guerrero, debía de
tener una vida pura y no tener mujer, pero si así lo deseaba, podía renunciar o
pedir un permiso especial para regresar a su familia, especialmente si quedaba
discapacitado para la guerra a causa de sus heridas o deseaba retomar el
negocio de su familia o el cuidado de ella, nuestra castidad es por lo tanto
espiritual. En medio oriente era, como
lo es hoy en día, la autoridad máxima el Gran Maestre, que le daba una posición
equivalente a la de un Obispo o Apóstol, con funciones diferentes, es decir,
poder para ordenar a un caballero o para participar en concilios de la Iglesia.
Aceptamos tener capellanes religiosos de otras ordenes, para administrar los
servicios de culto, pero nos mantuvimos a un lado de ordenar sacerdotes de
nuestra gente, aunque con el tiempo, los acepatamos como Templarios pero sin
que saliera de nuestras filas ningún nuevo sacerdote. Nos convertimos en una
prelatura personal al servicio directo del Papa, pero solo como jefe terrenal espiritual,
pues nuestros asuntos relacionados con la guerra, nos mantenía como fuerza
independiente cuya cabeza principal es el Gran Maestre, siempre fieles a Jesús,
como centro y fuerza verdadera por el quien morir, nos hace felices. La idea de
dependencia única al Papa, es de gran importancia para mantener los enormes
gastos que requiere el tener un ejercito siempre listo a la batalla ya que nos
libera de la carga de impuestos y diezmos a la jerarquía eclesial, de la cual
somos independientes, aunque juramos obediencia espiritual en algunos aspectos
que nada tengan que ver con nuestra misión de monjes guerreros, además de que
nos permite ignorar las ambiciones militares y políticas de nuestros reyes de
cuyas disputas nos mantenemos alejados aunque hemos prestado protección a quienes han acudido huyendo de
sus enemigos a refugiarse en nuestras casa las cuales al igual que las iglesias
y conventos, son consideradas sagrarios. Esto también nos abre la puerta para
proteger y guardar documentos y objetos que serian motivo de sanción o destrucción de parte de la jerarquía
eclesial o del poder de los reyes a través de la inquisición, aunque hemos
establecido refugios secretos para proteger estos tesoros al que solo tienen
acceso un limitado numero de personas, cuya misión es estudiarlos y analizarlos
y solo darlos a conocer cuando
consideren que nuestra Fe y nuestra doctrina no sean amenazadas por ellos.
En medio Oriente, nuestros jefes principales y sucesores al
puesto de Gran maestre lo eran y siguen siendo los perceptores o jefes de
Territorios o encomiendas pero le sucedían en rango, el Senescal que es un Jefe
sustituto burocrático que representaba al Gran Maestre en su ausencia, no en su
muerte. El Marshall es la única autoridad en el combate, le seguían El Mercader
de ropa. el herrero en jefe, el cocinero en jefe y el medico principal, los
cuales cargaban con las mas grandes responsabilidades en una orden religiosa
dedicada a la guerra. Nuestros caballeros marchaban al combate con sus
escuderos montados en ancas de sus caballos, esto creo otra leyenda que nos
esforzamos en mantener, pregonando nuestra pobreza; la realidad es que nuestros
escuderos eran la segunda fuerza en el combate, desmontando a una distancia
prudente de la batalla, y esperaban con
mas armas a que el caballero regresara, aunque los caballos estaban entrenados
para regresar al escudero que al verlo llegar sin su jinete, montaban en el y
se dirigían al combate a buscarlo y muchas veces morían con el, jamás huían del
combate y era común en una derrota,
verlos muertos a todos. Hoy en día,
estamos llenos de oficiales que los han ido desplazando y que se dedican a
funciones de buro, fuerza en la cual nos hemos convertido. Aunque contamos con
el poder y la riqueza material para
intentar reconquistar tierra santa, no contamos con el apoyo de la jerarquía
eclesial ni con el poder de los reyes, los cuales están más interesados en
conspirar contra ellos mismos. Pero algo ha cambiado definitivamente con el
Temple, la jerarquía eclesial nos odia porque nada recibe de nosotros como
diezmo, aunque financiamos la construcción de grandes catedrales y apoyamos
económicamente a muchos monasterios y párrocos en sus Diócesis. Los reyes nos
deben sumas importante de dinero que nos han pedido prestado para alimentar sus
interminables guerras feudales y nos hemos convertido en vez de guardianes de
peregrinos, en guardianes de grandes riquezas de grupos y señores que confían
en nosotros para mantener sus riquezas a salvo de la ambición de gobernantes o
para transportar grandes sumas para la realización de sus negocios. Nuestras
pocas acciones en combate, son las que realizamos contra bandas de ladrones y
salteadores de caminos los cuales mantenemos bajo control a través de
innumerables postas listas para el combate en los principales caminos de
Europa, otra razón por la cual. Los reyes y poderosos nos temen y miran con
desconfianza, pues muchos de estos grupos de salteadores son parte de ellos. La
cruzada contra los cataros en el pasado, fue dolorosa para el Temple, pues
había entre ellos, grandes amigos que nos confiaron muchas de sus riquezas y
tesoros para custodiarlos, igual que en este momento acontece con los judíos,
que temerosos de perder sus bienes, las depositan con nosotros para enviarlas a
lugares mas seguros. Mira todas las transformaciones que ha sufrido el Temple,
empezando con la cruz Templaria, y me señaló las cruces con emblemas de
diferentes territorios y épocas que adornaban las paredes, ellas son prueba de
las transformaciones que ha sufrido el Temple con nuestra inactividad de
guerreros, y que son la causa de innumerables leyendas en torno al Temple,
leyendas que nos debilitan internamente y nos destruyen. Por eso aquí, en la
casa Mayor del Temple, yo exijo se utilice la cruz Templaria original aunque
ancorada, con sus 4 brazos iguales que nos recuerdan nuestro origen en
Jerusalén, con ocho puntas que simbolizan los ocho primeros caballeros que la
iniciaron, todos unidos a su centro que representa a Jesús en medio de
nosotros. Si, reconozco como tu que había otros caballeros mas aptos para el
puesto de Gran Marshall, pero no estamos en guerra y sé que aunque muchos
vieron con malos ojos esta mi decisión, y aunque sean ellos, hombres valientes,
rudos para el combate y diestros en las armas, son también demasiado orgullosos
para olvidarse de nuestros principios de lealtad del Temple, para olvidar de
sus orígenes y cambiar la dirección de su lealtad con gran facilidad. Por eso fue que te elegí a ti, y estoy
satisfecho con el trabajo que has realizado en la reconstrucción de su fuerza
militar, por eso, la razón por la que te he enviado llamar es
de otra índole, debo informarte que he recibido noticias fidedignas y
alarmantes respecto al Temple. Se ha confirmado una conspiración contra nuestra
orden religiosa que proviene del Rey de Francia el cual desgraciadamente
controla al Papa Inocencio, es obvio el deseo del Rey de apoderarse de las
riquezas del Temple, no sabemos la magnitud de esta conspiración pero estamos
seguros que es apoyada por una gran mayoría de la jerarquía eclesiástica de
Francia con excepción de algunos cuantos los cuales nos han confirmado estos
temores. Se están preparando una serie
de acusaciones falsas basadas principalmente en símbolos Cataros con los cuales
nos quieren identificar pero están tramando otra serie de cargos relacionado
con practicas satánicas y que se yo, con el proposito de llevarnos al tribunal
de la inquisición. Confío en el Papa que de verse presionado, designe un
tribunal justo que nos escuche y que los métodos de inquirir sean diferentes a
los usuales. Los dominicos o los franciscanos serian los encargados de llevar
este proceso, por lo que estoy realizando varias investigaciones en las
que voy a estar muy ocupado siguiendo la
trama de este proceso y dictando ordenes muy confidenciales a las principales
cabezas del Temple para que preparen todos los documentos y archivos del
Temple que te seran entregados para que
los lleves a lugar seguro. De la misma forma, he ordenado al tesorero que
disminuya la recaudación de depósitos al Temple y que los más relevantes sean
enviados a lugar seguro. Esta será tu misión que deberá ser iniciada de
inmediato. Según se presenten más acontecimientos, te daré nuevas
instrucciones. Quiero que muevas todos
los tesoros de los lugares secreto que tenemos y los lleves a un lugar que solo
yo y algunos cuantos conocen por lo que tendrás que escoger un grupo de
caballeros templarios en los cuales tengas absoluta confianza y discreción. En
este documento lacrado están los nombres y lugares a los que te dirigirás, he
dado instrucciones para que los archivos y depósitos sean enviados a nuestra
casa en Roma evitando cruzar por Francia y sus países vecinos, de ellos tu te
encargaras de la estrategia para transportarlos sin causar sospechas. Espero en
Dios, tengamos el tiempo suficiente para poner todo a salvo. Trata de mantener
oculta del resto del temple tu misión, en Roma se te darán mas instrucciones
para indicarte a donde dirigirte y con quien conectarte para obtener ayuda para
transportar en partes este gran cargamento hacia su destino final, tendrás
algunas sorpresas tal vez agradables al final de esta misión pero deberás
retornar a Paris para darte mas instrucciones que habrán de cumplirse de ser
necesario. Que el Señor ilumine su
rostro sobre ti y que sus ángeles te protejan y ayuden a realizar esta misión.
Poniéndose de rodillas, el Caballero beso su mano y antes de despedirse se
abrazaron mientras el Marshall le murmuraba, “volveré pronto Maestre y estaré
listo para protegerle o correr la misma suerte de usted.
Despertando de sus pensamientos, volvió sus ojos hacia sus
compañeros y vio que todos ellos dormían profundamente, solo a lo lejos, pudo
ver a los guardias vigilantes atentos a la noche y a sus sombras.
Sin la intención de aburrirlos con el ensayo de uno de mis
capítulos de mi libro en proceso “Militia Dei” he decidido publicar estas
páginas en el Blog, para expresar mi opinión con respectos de algunos temas que
se han publicado recientemente. Agradezco también a mi amigo y M:.T:. Carlos
Luis Juncal Mir, por su tema “Medicina Del Medioevo” que es de gran interés e
importancia para referencia en mi libro. En páginas anteriores les decía que yo
en lo personal no creo en la evolución sino en la transformación. La evolución
es cambiar de una especie a otra, la transformación es el proceso de cambio que
se origina en una misma especie por lo que tampoco creo en los hombres X o
evolucionados con superpoderes. Todas las especies están condicionadas a
desaparecer, sin ser el hombre una excepción, pero la transformación del hombre
a “Superhombre” en el vocabulario genial de Nietzsche, no es en el campo del
universo Material sino en el del Universo Espiritual. Eliminar enfermedades y sufrimiento, prolongar
la vejes digna, es decir con un nivel de vida digno, proporcionar bienestar y
riqueza, y muchos otros ideales del genero humano, serán solo posibles si
cambia en su mentalidad y en su espiritualidad, aunque la muerte será un factor
inevitable. Sin embargo, si creo en la resurrección de Cristo y en sus promesas
de resurrección para sus seguidores, por lo que no me intereso en otros estilos
de vida que no sea el cristianismo o la imitación de Cristo, por eso miro al
Temple desde un punto de vista sencillo y diferente, y miro en el por desgracia,
una evolución, es decir un cambio de especie, aunque también veo con alegría
que hay en el, un proceso de transformación.
Con un fraternal saludo para todos mis hermanos y hermanas
Templarias que siguen nuestras paginas.
Desde la soledad del Temple
Vicente De Houston
Un Marshall Olvidado
“UBI AMOR IBI OCULOS”